Vistas de página en total

17068

miércoles, 17 de julio de 2024

Parte II











A veces quiero relatar un recuerdo. No una anécdota.

No una historia o una escena.

Quiero transmitir y relatar una sensación a través de una suerte de jeroglífico o nube cargada de olores, de texturas, aromas, atmósferas, impregnancias, todas aglutinadas en fragmentos de canciones. Como si todos esos estímulos percibidos que anidan como recuerdos fueran una gran masa que se desarma, como una manta para armar el picnic y se vuelve a armar, todo desordenado, deformado, para usar en otra ocasión.

Pero es complejo relatar qué se sintió escuchando a Rosario Bléfari en Plaza Armenia hace más de 19 años, ni qué tan cálido el sol llenaba la plaza, tampoco es fácil decir qué sentían mis pies cuando cruzaba la calle Costa Rica adoquinada ni cuánto me inspiraba ver tantas vidrieras cargadas de arte, originales, adelantadas diez años. Tampoco es fácil recordar cómo me imaginaba a mí misma 19 años mirando hacia adelante…

“Una vida entera” hubiera pensado en ese momento, una suma de años que claramente no podía poner por delante simplemente para jugar al juego del yo en el futuro.

Pero ahora miro 19 años hacia atrás y me encuentro licuando recuerdos, sujetando momentos, estrujando el corazón intentando armar una torre mental de vivencias que existieron, aferrándolas para construir y revivir todos esos caminos, esos momentos hechos de sus propias cadencias, de sus atmósferas, de lo espeso de la noche de lo inesperado de no saber lo que va a suceder. Y cuánto de todo terminaría en la nada que va a suceder.

 

                                                                          
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario